¿Masones? Te respondemos sin rodeos
Todo lo que siempre quisiste saber sobre la masonería (y no sabías a quién preguntar)
La masonería despierta curiosidad, mitos y más de una ceja levantada. ¿Tiene secretos? ¿Hay rituales raros? ¿Se puede entrar siendo mujer? ¿Hace falta llevar capa?
Si alguna vez te has hecho alguna de estas preguntas, estás en el lugar adecuado. Hemos recopilado algunas de las dudas más comunes —y otras no tan comunes— que suelen surgir cuando alguien escucha la palabra “masonería”. Y las respondemos sin rollos místicos, sin solemnidades y con total honestidad.
Porque la masonería no es lo que ves en las películas (bueno, a veces sí, un poco), pero tampoco es un club cerrado lleno de conspiraciones. Es, sobre todo, una forma de vida y una búsqueda personal.
¿Preparado/a para descubrir si todo eso que escuchaste es verdad o puro mito? Aquí van las respuestas.
¿Esto de la masonería va de secretos?
No, va más de discreción que de secretos. No es una sociedad secreta, sino discreta. No vamos contando lo que otros hacen o dicen dentro de la logia, pero no somos los Illuminati ni salimos en películas de conspiración.
¿Qué se hace en una logia?
Se reflexiona, se aprende, se debate, se construye interiormente. No hay ritos satánicos ni nada por el estilo. Pensamiento crítico, valores y crecimiento personal. Y sí, a veces se cena después.
¿Pueden entrar mujeres?
Sí, por supuesto. En Ara Solis no creemos en logias solo de hombres. Mujeres y hombres que comparten valores pueden participar en igualdad.
¡Ojo! existen otras logias que solamente permiten el acceso a hombres.
¿Hace falta vestirse raro o tener una túnica?
Hay cierta simbología y vestimenta, sí, pero no vas disfrazado por la calle. Son herramientas simbólicas que usamos en momentos concretos, como los uniformes en otras asociaciones.
¿Hace falta creer en algo? ¿Es esto una religión?
La masonería no es una religión. Algunas logias piden creer en algo superior (el “Gran Arquitecto”), otras no. En Ara Solis, lo importante es que seas una persona ética, curiosa y comprometida contigo mismo/a y con el mundo, puedes ser creyente, ateo, agnóstico…
¿Hay que saber mucho para entrar?
No. No necesitas ser un erudito, ni tener una carrera universitaria, ni dominar ningún tema en particular. Lo que realmente importa es tu actitud: tener una mente abierta, curiosidad por aprender, respeto por los demás y disposición para reflexionar sobre ti mismo y el mundo que te rodea.
La Masonería no es un club de sabios, sino una escuela de crecimiento personal y colectivo. Cada persona entra con su bagaje, su historia, sus dudas y sus conocimientos. A partir de ahí, el camino se recorre paso a paso, con apoyo, sin prisa y sin exigencias intelectuales.
Lo que se valora es la honestidad, el compromiso y las ganas de mejorar como ser humano. Lo demás se aprende..
¿Es como hacer un curso o tener un maestro?
No exactamente. Aprendemos entre todos, con textos, símbolos y reflexiones compartidas. Nadie va por encima de nadie.
¿Sirve para hacer contactos o conseguir trabajo?
No. No es un club de negocios ni un LinkedIn secreto. Si buscas enchufes, mejor busca en otro sitio. Aquí se viene a trabajar contigo mismo, no a escalar en nada.
¿Qué hay que hacer para entrar?
Reflexionar si esto es lo tuyo. Luego contactar, hablar, hacer preguntas, conocer y dejarte conocer. El proceso es gradual. No hay puertas giratorias.
¿Se puede contar que soy masón/a?
Sí, si tú quieres. Lo que no se puede contar es lo que hacen o dicen otros sin su permiso. Pero no, no hace falta ocultarlo como si fueras espía.
¿Hay que ir todas las semanas? ¿Y si tengo poco tiempo?
Se valora el compromiso, pero sabemos que la vida aprieta. Lo importante es la constancia, no la perfección. Normalmente en las logias nos reunimos una vez al mes.
¿Se estudia algo? ¿Hay exámenes?
No hay exámenes, pero sí estudio. Se leen textos, se preparan reflexiones (llamadas planchas), se comparten ideas. Es más filosofía que gramática.
¿Y si entro y luego veo que no es para mí?
Pues no pasa nada. Hay libertad total para entrar y para salir. Esto no es una secta. Si no encaja, se agradece la experiencia y punto.
¿Cómo sé si esto es para mí?
Te lo planteamos en un test muy sencillo: “La masonería, ¿es para mí?”. Y si te quedan dudas, escríbenos. Aquí no mordemos.
¿La masonería está relacionada con sectas, sociedades secretas o cosas raras?
No, de verdad. Nada de sacrificios, control mental ni pactos oscuros. Es una organización legal, con historia, filosofía y valores. Lo demás, puro mito o película de sobremesa.
¿Y eso de los rituales? ¿Hacéis cosas raras con velas?
No son cosas raras, son símbolos. Los rituales masónicos son como una coreografía con sentido simbólico: ayudan a reflexionar, a poner intención. No invocamos a nadie, ni nada por el estilo.
¿Y si no entiendo nada al principio?
Tranquilo/a. A todos nos pasó. Al principio algunas cosas suenan raras, pero poco a poco todo encaja. Como cuando llegas a un país nuevo: al principio te suena a chino, luego lo vas entendiendo todo.
¿Tenéis grupo de WhatsApp?
Sí. Y también nos reímos, compartimos lecturas, organizamos cenas… No somos gente del siglo XVIII encerrada en una cueva. Nos comunicamos como todo el mundo.
¿Hay masonería en otros países?
En casi todos. Es un movimiento internacional, con sus diferencias, pero con una base común. Viajar y conocer logias de fuera también es parte del camino.
¿Y si no me gusta hablar en público?
No pasa nada. A mucha gente le da respeto —o directamente miedo— hablar en público, y en la Masonería eso se entiende perfectamente.
En una logia no se obliga a nadie a hablar si no lo desea. Cada persona participa a su ritmo. Algunas prefieren escuchar, observar y aprender durante mucho tiempo antes de intervenir. Otras se sienten cómodas compartiendo sus ideas desde el principio. Ambas formas son igual de válidas y respetadas.
Con el tiempo y en un ambiente de confianza, es habitual que quienes eran más reservados se vayan animando. Pero nunca es un requisito. La idea no es brillar ni impresionar, sino compartir y crecer juntos.
¿Puedo visitar una logia para ver cómo es antes de decidirme?
Las reuniones masónicas son privadas, pero solemos hacer charlas abiertas y actividades públicas. Si te interesa, avísanos y te avisamos.
¿Puedo entrar con mi pareja? ¿O ir los dos?
Sí, si ambos compartís inquietud, perfecto. Cada uno tendrá su proceso, y se respeta el ritmo de cada persona.
¿La masonería es LGTBIQ+ friendly?
Absolutamente. Aquí lo que importa es tu interior, tu ética, tus ganas de crecer. Lo demás, no define tu valor como persona.
¿Es para toda la vida ser masón/a?
Dura tanto como tú quieras. No hay contratos. Puedes participar unos años o toda la vida. Depende de lo que necesites en cada etapa.
¿Cuánto cuesta?
Hay una pequeña cuota para mantener la actividad, el local, el material… Suele ser asequible y transparente. No hay que pagar fortunas ni hacer donaciones ocultas.
¿Por dónde empiezo?
Por la curiosidad. Por leer. Por escribirnos. Si esto te resuena, sigue explorando. No hace falta entenderlo todo antes de dar el primer paso.
¿Puedo hacer preguntas sin compromiso?
Por supuesto. Puedes escribirnos, venir a una charla, hablar con alguien de la logia. No vamos a intentar convencerte. Solo escucharte.
¿Todavía tienes dudas?
Es normal. La masonería no es un camino para todos, y tampoco pretende serlo. Pero si algo de lo que has leído aquí resuena contigo —ya sea la búsqueda de sentido, el deseo de mejorar, la necesidad de compartir y reflexionar con otras personas— quizás haya algo que descubrir.
No hace falta tener todas las respuestas. A veces, basta con hacerse buenas preguntas.
¿Quieres dar el siguiente paso? Estamos aquí para escucharte, sin compromisos y con total discreción.
